Ya todos conocemos las declaraciones que el millonario y aspirante a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, hizo contra los migrantes mexicanos que llegan a trabajar a su país. En automático, las redes sociales estallaron en cólera y criticaron las opiniones racistas del empresario, lo que más tarde desembocó una reacción en cadena que no favoreció sus negocios tras la ruptura de relaciones con diferentes empresas molestas por lo dicho.
El problema de la discriminación es un tópico que lacera hasta lo más profundo de la sociedad, donde las palabras de provocación y las agresiones físicas, suelen verse como parte normal del contexto, en el que ya es casi común el rechazo hacia aquello que es diferente a lo que somos o pensamos.
Trump no puede estar más lejos de los hechos y beneficios que ha atraído el trabajo de migrantes latinos al país vecino y ha mostrado más que desconocimiento en su discurso xenófobo.
Los latinos que llegan al país vecino, no sólo obtienen ventajas para ellos mismos, también benefician la economía e impulsan su crecimiento, contribuyen al desarrollo con mano de obra y dan a Estados Unidos diversidad cultural.
Pese a esto, no hay que olvidar el problema de fondo; nuestros paisanos tienen que abandonar el país por falta de oportunidades y cada vez son más y de menor edad los que deciden ir a buscar mejor suerte.
Que tampoco nos haga falta recordar que la discriminación no es un problema aislado, en México es un tema de coyuntura, donde la desigualdad y el rezago, rematados por la violencia son sus principales indicadores.
Burlas o rechazo por la forma de vestir, sobrepeso, edad, sexo o color de piel en nuestra cotidianidad nos acercan mucho al pensamiento de este personaje.
De acuerdo con una encuesta de Parametría, más de la mitad de la población en México asegura haber sido víctima de discriminación por alguno de los factores antes mencionados.
El estudio señala que 52% de los mexicanos, aseguró haber sufrido discriminación por su apariencia física, 46% por su acento, 38% debido a sus costumbres y 36% afirmó que fue discriminado por su color de piel.
“…Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas…”
Es claro el artículo primero constitucional, sin embargo, la discriminación en el país continúa siendo invisible ante las pocas denuncias que existen. No perdonemos a Trump y tampoco permitamos que este tipo de juicios se den a nuestro alrededor, que lejos o cerca, es discriminación. Es mi opinión.
Escrito por Gladis López Blanco